El Pedido De Dora
Muchas veces, cuando alguien se muda a un nuevo hogar, se hace cargo
de una especie de herencia sobrenatural. Como si adquiriera junto con el
inmueble los fantasmas que lo habitan y no tuviera más remedio que
vivir con ellos. Son muchas las personas que descubren que la casa ya
estaba habitada, pero no con seres humanos sino con presencias del más
allá.
En junio de 2014 una mujer uruguaya llamada Gabriela Capurro se mudó a
una casa del barrio Punta Carretas, en la ciudad de Montevideo. Al
mudarse, ella y sus hijos fueron recibidos por una entidad sobrenatural
que les dio una terrorífica bienvenida y a su vez les hizo un extraño
pedido.
Cuando Gabriela entró a la casa sintió una sensación extraña. “Me
mudé un 11 de junio y sentí algo raro, diferente, especial, no sé qué,
algo que no había sentido el primer día. Yo tengo un perrito caniche
toy, que le vino como un ataque. Corría y ladraba alrededor de algo”,
contó la propia Gabriela a Voces Anónimas.
El perro comenzó a ladrarle a punto fijo, en el aire. Corría y
ladraba pero nadie sabía a quién. Pero un tiempo después el animal se
calmó. Finalmente se instalaron en la casa, pero la primera noche
comenzaron a sentir sonidos raros, como puertas que se abrían y pasos.
Al otro día, cuando están desayunando, los hijos comentan que también
habían escuchado los ruidos. A la siguiente noche, los ruidos eran más
claros. Y la charla de la mañana siguiente fue distinta, porque
concluyeron que ninguno había provocado los sonidos.
Al otro día, fue a buscar a su hija al colegio. Cuando ingresaron a
la casa, su hija le dijo: “¿Viste mamá que cuando entramos, entró una
señora con nosotros? Una señora blanca, que estaba descalza”. Al
escuchar el relato de su hija, se acordó de el comportamiento del
perrito el primer día que entraron a la casa. Así fue que decidió ir a
hablar con los vecinos para preguntar quién había vivido en esa
residencia. “Me contaron que era una persona que no estaba muy bien, que
había sufrido muchísimo, que de alguna manera había sido abandonada por
su familia, porque estaba muy sola y nadie la venía a ver. La parte
económica la tenía solventada, pero que nadie la venía a ver. Ahí conocí
que se llamaba Dora”, relató Gabriela. En esa oportunidad también se
enteró que la anciana había fallecido dentro de la casa.
Enseguida Gabriela comenzó a sentir la presencia cada vez más clara. Y
a partir del quinto día, Dora comenzó a despertarla todas las
madrugadas entre las 3:00 y las 3:10. “Yo soy católica así que empecé
con el padre nuestro, seguí, seguí. No se tranquilizaba, empezó a
ponerse como más enojada”, contó la nueva habitante de la casa.
“Fui a la mitad del corredor y le dije, ‘por favor, no sé más que
rezarte. Te pido por favor que te tranquilices, tengo miedo’, y ahí
medio que me puse a llorar. No sé si sintió que realmente estaba
llorando con angustia”, contó. La mujer comenzó a rezar, a rogarle que
no se metiera con sus hijos, que la dejara vivir en paz. Pero las
suplicas no sirvieron. Una noche, su hija sintió que le tiraban de los
dedos de los pies, como si estuvieran contándoselos. Cuando la niña
abrió los ojos, ve que la anciana está jugando con sus dedos. La niña,
muy asustada, acude al cuarto de su madre a contarle.
Ese fue el punto final para la paciencia de Gabriela. A partir de ese
momento decidió buscar ayuda y fue así como dio con la conocida medium
uruguaya Cristina Blumenfeld. Cristina no solo es la directora del
Instituto Científico de Parapsicología, sino que además descubrió cuando
era muy pequeña que nació dotada de facultades paranormales y
percepciones extrasensoriales que le permitían ver entidades que la
mayoría de la gente no ve. Cristina desarrolló este don para ayudar a la
gente y al día de hoy cuenta con una gran cantidad de casos
desarrollados. Gabriela Capurro supo, por lo que le contaron, que la
medium Cristina Blumenfeld era una persona confiable. Y además era la
única que podía ayudarla a solucionar su problema.
Gabriela llamó a Cristina a las dos de la mañana y le rogó por ayuda.
Cristina quedó en visitarla al otro día, ya que Gabriela había decidido
no ingresar más a su hogar hasta que Cristina pudiera erradicar al
espíritu.
Cristina llegó junto con su equipo de trabajo. Lo primero que tratan
de establecer es si la presencia que los habitantes sienten puede
explicarse en lo físico, ya sea por campos magnéticos, por una central
de UTE o otros aspectos. Una vez descartado esto, comenzó a cantar en
arameo para invocarlos. Logran también determinar que el lugar más
cargado era donde estaba colocada la cama de su hija. La medium le pidió
a Gabriela que llamara a Dora, que temblando la invitó a ir al living.
Cristina le pidió a Dora que le contara por qué estaba allí y que era lo
que quería.
Gabriela caminó desde el cuarto de su hija hasta el living y se sentó
en el sillón, aún sin poder parar de temblar. Sabía con certeza que
Dora se sentaría al lado de ella. Y así fue. Pero en ese momento, Dora
le dijo a Cristina que su intención no era hacerle mal a Gabriela, que
ella lo que quería era que la ayudara. Lo que Dora quería, era que la
Gabriela le hiciera un favor. Dora estaba buscando una cajita, que
estaba dentro de una cómoda. Dentro de esa caja habían joyas que servían
para hacer un ritual judío que no le hicieron cuando falleció. Pero el
problema era que cuando Gabriela compró la casa estaba vacía y por tanto
eso lo había retirado alguien antes.
Cristina se encontró ante una situación muy difícil de resolver, ya
que Dora no explicaba demasiado y no sabía ni qué ritual era, ni cuáles
eran las joyas. Así que decide invocar a otros espíritus rabinos del
entorno de Dora para que la vengan a buscar. Así nuevamente comienza a
cantar en arameo y a los veinte minutos aparecen en la ventana. Gabriela
no podía verlos, pero le aseguraban que estaban ahí. El equipo de
Cristina tenía una cámara donde registraba todos los eventos, y cuando
miró a través del visor Gabriela pudo ver con total nitidez que allí
estaban. En un determinado momento, el espíritu de Dora comenzó a
moverse hacia donde estaban los rabinos y juntos, los tres, se fueron.
A partir de aquella noche, la vida de Gabriela Capurro dio un giro de
180º porque los fenómenos sobrenaturales y las manifestaciones
siniestras terminaron. Por primera vez, la casa se convirtió en un hogar
y luego de tantas tensiones ella y sus hijos tuvieron algo de paz. Con
el tiempo, Gabriela Capurro se dio cuenta de que había hecho algo bueno
porque el espíritu de la anciana lejos de querer asustarlos, solo
buscaba ayuda. Tanto Gabriela como la medium ayudaron a Dora a elevarse a
otro plano en el que seguramente va a estar acompañada.
jueves, 28 de mayo de 2015
La herencia del abuelo
Hace mucho tiempo existía en un pueblo una chica llamada Magdalena. El abuelo de dicha chica padecía cáncer y los médicos decían que no viviría mucho tiempo. El anciano hizo el testamento y dejó parte de herencia a Magdalena. El día de la muerte Magdalena se puso muy triste pero como ponía en el testamento, tuvo su parte de herencia, la cual era una muñeca de porcelana. Para ser sinceros a Magdalena no la gustó nada la muñeca y terminó tirándola a la basura. Por dentro se sentía triste por rechazar de ese modo la herencia del abuelo y quería recuperarla. Por la noche, cuando se acostó vio la muñeca dentro de su cama y al lado de ella había una nota en la que ponía: "La herencia del abuelo".
El aniversario
El aniversario
Esta historia me la contó una estudiante de catorce años en un arrebato de intimidad. El suceso lo vivieron sus padres, a los que llamaremos Angela y Martín (recuerdo sus nombres reales pero ya sabéis...)Aquella noche Angela y Martín se acostaron como de costumbre. Martín se durmió rápidamente pero Angela tenía el sueño más flojo, de modo que cuando empezaron los arañazos ella los oyó y se puso alerta.
Lo primero que pensó al oir ruidos que no supo identificar debido al miedo, fue que habían entrado ladrones en la casa. Despertó a su marido sin abrir siquiera la luz y le pidió que escuchara y mirara a ver si había entrado alguien al hogar.
Martín se despertó, escuchó y dijo: "Son arañazos, será el perro".
Si apenas hacer movimiento encendieron la luz y vieron al animal dormido a los pies de la cama. No había sido él. Volvieron a apagar la luz pero esta vez se reanudaron los arañazos, y cada vez parecía más claro que se estaban haciendo en la puerta cerrada de la habitación.
Martín dijo en voz baja a Angela que igual era un ratón, y que si era así, lo pillaría, porque los ratones, al ver una luz, se quedaban inmóviles momentáneamente. Y lo hizo, pero la luz demostró que allí no había ratones. Despertaron al perro, que se puso nervioso.
Volvieron a hacer otra prueba y cada vez que apagaban la luz se escuchaban los rasguños sobre la madera de la puerta. Martín decidió abrir la luz y levantarse y, con bastante miedo, según confesaría, se dirigió a la puerta, la abrió y miró ceñudamente a ambos lados. Nada.
Se dirigió hacia la cocina con Angela siguiendo sus pasos. Pensaban en los niños, no querían que se despertaran e intentaron caminar en silencio.
Al llegar a la cocina Angela tuvo un pálpito.
- ¿Qué día es hoy, Martín?
Martín le dijo la fecha exacta.
- Es el aniversario de la muerte de mi madre!. -Exclamó ella.
Angela encendió una vela y rezó y prometió a su madre que por aquel olvido le haría una misa especial para ella. El resto de la noche no se escuchó ni un rasguño más.
The Rake(El Rastrillo)
The Rake(El Rastrillo)
Su origen es desconocido y la
información que comparten las personas que han tenido la desgracia de
verlo es escasa y con mucha frecuencia desaparece de foros de opinión y
consulta. Como si tuvieran miedo de que “él” pudiera descubrirles.
Los que lo han visto lo describen como
una criatura de aspecto encorvado con los brazos mucho más largos de lo
normal y en la punta de sus dedos unas garras tremendamente afiladas. Su
cuerpo desnudo y malformado parece atrofiado y adquiere posturas más
propias de un animal de cuatro patas que de un humanoide. Quienes lo han
visto dicen que por su forma de moverse parecería que ha sufrido un
accidente que le hubiera roto todos los huesos. Sus ojos brillan en la
oscuridad y desde las sombras se dedica a espiar a los que duermen…
¿Pero cual es el peligro real de encontrarse con The Rake?
Durante el verano del 2003 esta criatura
llamó la atención de los medios estadounidenses cuando una oleada de
muertes se desencadenó con un patrón común. Todos parecían haber visto a
una extraña criatura que les atormentaba en sueños y que les vigilaba
mientras dormían…
El rastrillo acostumbra a situarse a los
pies de la cama y las primeras veces se mantiene oculto. Muchas de sus
víctimas se despiertan con la sensación de ser observadas o sintiendo
una presencia, pero la retorcida criatura se mantiene oculta y como
mucho podrás escuchar como sus afiladas garras arañan los pies de la
cama, marcas que podrás encontrar en la madera y que demuestran que la
presencia que sentiste la noche anterior era tal real como el miedo que
te provocó.

Posteriormente comenzará a dejarse ver,
en principio sentirás una sombra moverse en la oscuridad o verás una de
sus garras asomando a los pies de la cama, aquí es donde debes empezar a
tenerle miedo de verdad, porque la próxima vez que te despiertes de
noche estará esperándote a los pies de tu cama y podrás ver por primera
vez sus ojos brillando en la oscuridad. Unos ojos tan malvados y
profundos que no los podrás olvidar jamás. Cada vez que cierres tus ojos
los verás de nuevo y el miedo te invadirá de tal forma que nunca más
podrás dormir con tranquilidad. El Rastrillo desaparecerá de nuevo pero
una vez realizada “su presentación” volverá cada noche a visitarte, pero
esta vez no lo hará “tímidamente”. Se colocará a escasos centímetros de
tu cara mientras duermes y, aunque no abras los ojos cuando sientas su
presencia, él esperará durante minutos o incluso horas mientras llega a
ti el olor de su pútrido aliento y el sonido de su entrecortada
respiración, como si estuviera enfermo o tuviera un problema
respiratorio.
Si eres lo suficientemente valiente, o
loco, como para abrir los ojos, The Rake se presentará, te dirá su
nombre (dependiendo de la versión lo hará como El Rastrillo o como The
Rake) con una voz chirriante y chillona que te pondrá los pelos de punta
y después saldrá de la habitación.
Llegado a este punto la mayoría de las
personas huyen de su casa y se van a vivir lo más lejos posible para que
El Rastrillo no pueda encontrarles, es por esto que muchos borran todo
rastro o consulta que pudieran dejar en la red, pues es conocido que es
capaz de buscarte allá donde estás. Los pocos que no lo hicieron
desaparecieron de forma misteriosa y sólo un reguero de su sangre y unas
brutales marcas de arañazos en la cama y en el suelo quedan como
testimonio de la brutal forma en la que fueron destripados por las
garras de The Rake.
¿Alguna vez has sentido una presencia a los pies de tu cama mientras dormías? ¿Has visto una sombra moverse en la oscuridad?
Si es así te recomiendo que te cubras la
cabeza con las sábanas y por nada del mundo abras los ojos, porque si
lo haces The Rake podría dejarse ver.
miércoles, 27 de mayo de 2015
El Fantasma Del Parque
El Fantasma Del Parque
Esta leyenda sucedió en la localidad de Jaral del Progreso en México donde un intendente mandó a colocar varias bancas en un parque ubicado muy cercano a un cementerio.
El hecho fue que las bancas comenzaron a aparecer manchadas y rotas por lo que debió enviar a un vigilante para que las cuidara, pero lo llamativo del caso fue que todos los agentes enviados comenzaron a enfermarse luego de pasar una noche en el lugar.
El hecho fue que las bancas comenzaron a aparecer manchadas y rotas por lo que debió enviar a un vigilante para que las cuidara, pero lo llamativo del caso fue que todos los agentes enviados comenzaron a enfermarse luego de pasar una noche en el lugar.
Estos alegaban la aparición de un fantasma por lo que el intendente decidió cortar por lo sano y enviar a su policía de confianza, un hombre intachable: El chino Herrera.
Como todos el primer día se presentó a trabajar pero al día siguiente debió ser internando en el hospital donde antes de fallecer le contó a su jefe una historia aterradora.
Herrera afirmó que iba todo normal hasta la medianoche cuando comenzó a surgir una densa niebla y soplar viento frío, a la vez que le pareció escuchar el llanto de una mujer al final del parque. Se dirigió allí y en medio de la bruma divisó una silueta blanca, a quien le ordenó retirarse de lugar porque era muy tarde, pero no recibió contestación alguna. Luego vio que la mujer se dirigía al panteón pero que no movía las piernas….sino que flotaba a unos 30 cm de suelo. Acto seguido el fantasma se abalanzó sobre el hombre con unos encendidos ojos rojos, lo que le provocó el desmayo, la internación y su posterior muerte.
La Dama Vestida de Negro
La Dama Vestida de Negro
En San Gregorio, localidad cercana a Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe, sus pobladores relatan que una mañana de cerrada llovizna, un abastecedor del frigorífico Maru de Rufino encontró en la ruta 14 a una mujer vestida de negro que hacía el tradicional gesto de autostop.
La llevó hasta la ciudad y cuando la dama se bajó, tras agradecerle por haberla acercado hasta escasa media cuadra de su casa, le dijo su nombre: Nancy Núñez. Poco después, el hombre se enteró de que Nancy Núñez había fallecido un año y medio atrás en un extraño accidente, cuando la avioneta que piloteaba su marido había perdido una de sus ruedas impactando en el auto que ella conducía, lo que le había causado la muerte instantáneamente.
El sorprendido abastecedor descubrió también que el lugar en donde había parado para levantar a la mujer, entre Cristophersen y San Gregorio, era exactamente el sitio donde había ocurrido la tragedia que poco antes había conmocionado a la localidad. Otros testimonios dan cuenta de la misma aparición, en la misma ruta, a la altura del lugar del accidente
En San Gregorio, localidad cercana a Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe, sus pobladores relatan que una mañana de cerrada llovizna, un abastecedor del frigorífico Maru de Rufino encontró en la ruta 14 a una mujer vestida de negro que hacía el tradicional gesto de autostop.
La llevó hasta la ciudad y cuando la dama se bajó, tras agradecerle por haberla acercado hasta escasa media cuadra de su casa, le dijo su nombre: Nancy Núñez. Poco después, el hombre se enteró de que Nancy Núñez había fallecido un año y medio atrás en un extraño accidente, cuando la avioneta que piloteaba su marido había perdido una de sus ruedas impactando en el auto que ella conducía, lo que le había causado la muerte instantáneamente.
El sorprendido abastecedor descubrió también que el lugar en donde había parado para levantar a la mujer, entre Cristophersen y San Gregorio, era exactamente el sitio donde había ocurrido la tragedia que poco antes había conmocionado a la localidad. Otros testimonios dan cuenta de la misma aparición, en la misma ruta, a la altura del lugar del accidente
El puente de los perros suicidas
El puente de los perros suicidas
En la ciudad de Dunbartonshire (Escocia) existe un puente de unos 15 metros de alto conocido como “Puente Overtoun”, famoso sitio entre los cazadores de lo paranormal ya que desde mediados del siglo pasado alrededor de 500 perros se han suicidado arrojándose hacia el río Clyde. Si bien no existe un resumen de todas las razas de perros fallecidos, la de los cazadores de hocico grande, tales como Labradores, Collies y Golden Retrievers, lleva la delantera.
Al parecer durante los días claros y soleados, alguna fuerza extraña incita a los caninos a arrojarse al vacío, con consecuencias trágicas en la mayoría de las veces, no habiendo una explicación lógica para este hecho. Pero no solo perros han fallecido aquí ya que en 1994 el soldado Kevin Moy afirmaba que el puente estaba embrujado y arrojó a su bebe hacia el río mientras que él intento suicidarse pero sobrevivió y fue internado en un hospital psiquiátrico.
Lo más llamativo del caso es que los perros que habían sobrevivido al impacto y fueron llevados al hospital, pero acabaron otra vez en el punto e intentaron arrojarse una vez más…. Las diversas leyendas no se ponen de acuerdo sobre lo que pasa allí ya que algunas afirman que hay espíritus merodeando, campos magnéticos o resabios energéticos de suicidas, tristes o desesperados.
Nosotros en http://leyendasdeterrorconjuanynico.blogspot.com/ no sabemos cuál es la razón por la cual estos animales deciden “quitarse la vida” en este puente, pero sí te recomendamos que si alguna vez visitas este lugar… no lleves a tu mascota contigo, este puente como bien has leído, se ha llevado la vida de más de 500 perros, convirtiendo a este lugar en una leyenda.
LA CASA DE LA DEGOLLADA
LA CASA DE LA DEGOLLADA
En el siglo XIX, en una mansión ubicada en Avenida Agraciada y la calle Joaquín Pereira, vivía el matrimonio de Merceditas Aguirre y el Dr. Arenas, un abogado muy conocido en la época.
Merceditas era una mujer muy hermosa, veinte años menor que su esposo. Era pretendida por varios hombres de su círculo social, pero el acaudalado licenciado conquistó su corazón.
A los pocos meses del casamiento, la mujer desapareció. Muchos, intrigados, le preguntaron al abogado que pasaba con Merceditas, si estaba enferma, a lo cual contestó que había viajado a Europa a terminar sus estudios.
Pasó un tiempo y también se dejó de ver al Dr. Arenas. Solo quedaron en la mansión los sirvientes, que por muchos años vivieron allí, hasta que con los años no quedó nadie en la casa.
Años después, la mansión fue adquirida por otra familia, quienes comentaban que pasaban cosas extrañas. Por la noche se escuchaban gritos sin saber de dónde venían y ruidos metálicos. Luego de un período de miedos, los nuevos habitantes se fueron acostumbrando.
Un día decidieron realizar reformas en la mansión. Una de las habitaciones que querían agrandar era la biblioteca. Para ello, contrataron a unos obreros, pero al demoler una de las paredes, la pesadilla comenzó.
Detrás de los bloques se encontraron los restos de Merceditas, momificada y con el cuello cercenado de forma tenebrosa. Luego de este hecho, la familia decidió irse a toda prisa, para nunca más volver.
Hasta el día de hoy la mansión permanece cerrada y abandonada, destruyéndose con el paso del tiempo. Vecinos del lugar comentan que siempre se escuchan por la noche gritos y ruidos, hacen las denuncias pertinentes, pero la policía va y no encuentra nada.
Del paradero del Dr. Arenas no se supo más nada, se cree que viajó a Europa, dado que sucedieron muchos asesinatos con el mismo patrón en España que no fueron resueltos. Se presume que él fue el culpable de esos crímenes y de la muerte de Merceditas.
martes, 26 de mayo de 2015
La niña de la escalera
La niña de la escalera
En el campo, existe una casa solitaria que guarda los secretos dolorosos de una niña. La propiedad está abandonada, pero todos recuerdan lo que sucedió ahí, ya que su presencia nos recuerda el terrible momento que la llevó a su final.Muchos años atrás, ahí vivía una familia. La mamá y sus tres hijos compartían la casa, pero todo se volvió difícil y oscuro cuando su madre se unió con el hombre que amaba y que se convirtió en el padrastro de los pequeños. Era un ser muy violento, los días ahí eran una pesadilla para los pequeños que poco comprendían del mundo. Maltratados por su padrastro, experimentaban momentos de terror extremo.
El hombre los golpeaba por cualquier motivo, lo disfrutaba, le gustaba ver la cara de llanto de los niñitos que sólo buscaban un poco de amor. Pero eso no era todo, el señor les quitaba sus alimentos, los dejaba sin cenar o sin agua. Los tres niños le huían, pero al parecer él tenía un odio extremo por la niña, a quien golpeaba de manera más salvaje. Descargaba todo su odio contra ella, hasta que todo llegó al extremo.
En un arranque de enojo, como era usual, el hombre golpeó a la niña brutalmente y la lanzó por las escaleras. Ella se encontro con su muerte instantánea. Las autoridades llegarían y ellos debían pagar por las consecuencias de sus actos. Por miedo, la familia abandonó la casa, mudándose a otra ciudad.
La propiedad pasó a manos de otras personas, quienes duraron poco tiempo ahí, ya que constantemente escuchaban los llantos de la niña que pedía ayuda. Una familia nueva llegó, durante su estadía en la casa pudieron escuchar llorar y gritar a la pequeña, le hablaba a la gente y cuando ellos volteaban no podían ver a nadie. A veces golpeaba la puerta para pedir un vaso con agua, pues muchas veces su padrastro la privaba de ello. Lo más escalofriante era cuando ella se paraba a la mitad de la escalera, sus intenciones eran desconocidas.
Finalmente, la casa quedó habitada sólo por el fantasma perdido de la niña. Nadie ha querido vivir ahí debido a las leyendas sobre la aparición.
Abre, me he perdido…
Abre, me he perdido…
Estaba sola en el departamento que alquilaba junto con otras amigas para que la renta no fuera tan alta. Estudiaba Terapia en la Universidad de Talavera y el vivir ahí me era muy cómodo. Durante el verano, hubo una noche en la que me quedé sola y repentinamente alguien tocó a la puerta, cuatro golpes.Pensé que era algún amigo que venía por mí para salir por unas copas, pero mi sorpresa fue grande cuando abrí. Una pequeña niña, de rizos rubios y grandes ojos cafés, esperaba afuera indicando que se había perdido. No sabía qué hacer, así que la dejé entrar, la pobre niña estaba sola. Su nombre era Verónica, se veía cansada por lo que le ofrecí un vaso de leche antes de ir a la policía para que pudieran encontrar a sus padres. Cuando le mencioné esto, la pequeña me dijo que tenía mucho sueño, por lo que podíamos esperar al día siguiente para ir. Era muy tarde y no le vi problema alguno, así que le preparé la cama y al día siguiente iríamos en busca de sus padres.
A la mañana siguiente me levanté para llevar a Verónica a la policía, pero al entrar al cuarto donde se había quedado, ella ya no estaba. Se me hizo muy raro, pero pensé que quizá extrañaba mucho a sus padres y se había marchado.
Pasó todo un año cuando Verónica volvió a aparecer en mi puerta. Igual, como si el tiempo no hubiera pasado y también decía estar perdida. La invité a pasar y repetimos la ceremonia de la primera vez y, de igual manera, la niña había desaparecido por la mañana. Eso se empezaba a poner muy raro, por lo que acudí a la policía para saber si ellos tenían alguna información sobre ella, pero indicaban que no tenían reporte alguno sobre la desaparción de la menor.
Era imposible, si esa pequeña estaba completamente perdida y había vuelto a mi casa después de un año de andar por la calle, cómo podía ser que nadie la estuviese buscando. ¿O acaso desconocía la zona en la que yo vivía y por eso se perdía? Pero sin duda, sabía cómo llegar a mi apartamento. Di muchas vueltas, por la calle y al asunto, hasta que llegué al Hospital San Prudencio, el cual era un hospicio para niños huérfanos.
Decidí entrar para saber si ellos sabían algo de Verónica. La Madre Sonsoles me explicó que no la conocían. Me di por vencida, pero cuando ya iba de salida, una monja se me acercó con un anuario viejo en el cual me mostró el rostro de Verónica, según mi descrpción. Y efectivamente, era ella, aquella niña de cabello rubio. La identifiqué y las dos monjas se quedaron perplejas, me comentaron que Verónica había muerto hace dos años.
Volví a casa más confundida que antes, contemplé la posibilidad de que todo fuera un error, pero su rostro era inconfundible. Esa noche, Verónica volvió a tocar a mi puerta. El pánico me envolvió completamente. Al observar por la mirilla, vi a la pequeña con los brazos cruzados y cara de enfado. No tuve más que abrirle la puerta y al hacerlo ella reclamó que me había tardado demasiado, que tenía hambre y sueño.
Como en todas sus visitas, preparé su leche y su cama, aunque en esta ocasión el terror me invadía, estaba hablando con un fantasma, demonio, no lo sé. Por la noche, me asaltó la curiosidad y fui a checar a Verónica. Ella estaba en el cuarto, arropada. Al acercarme, quité la sábana y se desvaneció completamente convirtiéndose en una especie de vapor. Sobre la almohada, había una carta escrita por ella con pequeñas letras y muchas faltas que decía: “Gracias por la leche y los dulces, ahora tengo que irme a llevar al infierno a las otras tres chicas que no me dejaron entrar a sus casas.”
La Maldición De La Muñeca Enterrada
La Maldición De La Muñeca Enterrada.
Crecí con Juan, era mi amigo, casi hermano. Solíamos ir a la misma escuela, estar todo el día juntos jugando y haciendo las tareas. Pero un día, encontramos algo que no debimos de haber tocado nunca…
La maestra de Ciencias nos pidió una tarea muy extraña, aunque parecía curiosa y quizá resultaría divertida. Debíamos recolectar muestras de distintos tipos de tierra de acuerdo a su nivel de profundidad, guardando cada muestra en una bolsita, un puño bastaría.
Para el proyecto, me junté con Juan, aunque sólo era un pretexto para vernos y que nuestros padres nos dieran permiso para salir al bosque en busca de las dichosas muestras. Por fin en el bosque, decidimos que lo mejor no era adentrarnos mucho, ya que nos podríamos perder, el lugar era inmenso y todo se veía igual.
A nuestro paso marcábamos con tiza cada árbol que encontrábamos para saber por dónde regresaríamos. La curiosidad hizo que nos adentráramos más. Tomábamos las precauciones que habíamos pactado para no perdernos. Llegamos a un punto donde ni las raíces de los árboles, ni nada, nos molestaría para excavar y conseguir las muestras, era el terreno perfecto.
Juan tenía muchas ganas de comer después de la caminata, había unas piedras donde nos podíamos sentar cómodamente. Discutimos un poco acerca de quién excavaría, comimos un bocadillo y Juan sacó una moneda para un volado. Intercambiaríamos lugares cada cinco minutos, después de todo no debíamos excavar mucho, sólo se trataba de unos puños de tierra. Juan perdió el volado, por lo que le tocó comenzar con aquella tarea, con un poco de desgano, pero pronto se animó cuando vio unos hongos rojos con puntos blancos. Ambos los observamos maravillados, pues todos se reunían en el mismo punto.
Juan quería llevarle a la “bruja de ciencias”, como le llamábamos, unas setas. Con ánimo, recogió unos puñados de la tierra mientras iba excavando. Todo iba bien hasta que Juan se puso pálido, lo cual me inquietó un poco. Con susto se apartó de la tierra y me gritó que en ese lugar hacía más frío que en todo el bosque. Por un momento, comencé a reír con aquellas palabras. Quizá habíamos hallado un fantasma o algo por el estilo, lo cual sonaba muy inverosímil. Me burlé de él, y Juan cambió su actitud, tratando de hacerse el valiente, aunque se notaba en su rostro la incomodidad que tenía.
Siguió excavando mientras yo daba vueltas reconociendo el lugar, pateaba una piedra para no aburrirme cuando el grito de Juan me hizo voltear. Corrí a ver lo que estaba señalando. En el hoyo de tierra sobresalía una muñeca pelirroja que medía unos treinta centímetros. Al verla sentimos un escalofrío que recorría nuestro cuerpo, además de asco, pues era tuerta y estaba cubierta de gusanos blancos que se movían en su interior como una especie de danza putrefacta.
Juan la soltó de inmediato, estaba confundido, ya que cuando la sacó del agujero, estaba en buen estado y se veía amigable. Yo pensé que a lo mejor con el movimiento había removido a todos esos bichos que estaban dentro de ella. La verdad era que la muñeca no se veía nada bien como decía Juan. En el ojo que le faltaba, la parte blanca había sido pintada de negro y tenía un iris de color rojo. Los gusanos se aglomeraban en su cabeza solamente. ¿Quién pudo haber enterrado a una muñeca tan extraña?
Los dos sentimos miedo y repulsión, por lo que salimos corriendo del lugar. Algo no estaba bien en torno a la muñeca, su ojo negro parecía observar cada uno de nuestros movimientos. Corrimos todo el camino hasta llegar a casa, sólo nos detuvimos en un par de ocasiones, una vez cuando Juan tuvo que vomitar. Después de haber sostenido a esa muñeca asquerosa, era lógico que sucediera algo así.
Sin embargo, ya al estar a salvo en casa, Juan se seguía sintiendo mal. Su rostro había adoptado un cierto color amarillento y el vómito continuaba. Al principio, pensamos que había sido la impresión, pues éramos unos niños y algo así era lo más terrorífico que nos había pasado. Pero los días transcurrían y la salud de mi amigo no mejoraba. Juan cada vez estaba más pálido y delgado, en vez de mejorar estaba peor. Los médicos no podían determinar la causa del deterioro de mi gran amigo, parecía desvanecerse cada día.
Mi desesperación llegó al extremo, me aparté de toda la gente para intentar buscar una posible cura a la condición de Juan. Me la pasaba en la biblioteca y en las librerías buscando algún texto que sirviera para salvarlo. En una ocasión, llegué a una librería esotérica que albergaba libros verdaderamente exóticos. Ahí encontré un texto antiguo con extraños dibujos y cubierto de polvo. Al hojearlo, encontré en una sección una imagen parecida a la de la muñeca que habíamos encontrado, sólo que no estaba tuerta. El texto indicaba lo siguiente:
“Quien tenga un mal incurable, deberá enterrar a una muñeca igual que ésta, mientras canta esta invocación. La enfermedad que padezca quedará atrapada en la muñeca. Si alguien la llegara a encontrar, entonces recibirá la enfermedad y morirá, a menos de que realice este mismo ritual.”
Ahora todo tenía sentido, nos habíamos encontrado con una muñeca maldita que había desatado alguna enfermedad sobre mi amigo. No era casualidad que la muñeca tuviera gusanos y su aspecto hubiera cambiado al desenterrarla. Lo que debía hacer, era comenzar con el ritual…
Crecí con Juan, era mi amigo, casi hermano. Solíamos ir a la misma escuela, estar todo el día juntos jugando y haciendo las tareas. Pero un día, encontramos algo que no debimos de haber tocado nunca…
La maestra de Ciencias nos pidió una tarea muy extraña, aunque parecía curiosa y quizá resultaría divertida. Debíamos recolectar muestras de distintos tipos de tierra de acuerdo a su nivel de profundidad, guardando cada muestra en una bolsita, un puño bastaría.
Para el proyecto, me junté con Juan, aunque sólo era un pretexto para vernos y que nuestros padres nos dieran permiso para salir al bosque en busca de las dichosas muestras. Por fin en el bosque, decidimos que lo mejor no era adentrarnos mucho, ya que nos podríamos perder, el lugar era inmenso y todo se veía igual.
A nuestro paso marcábamos con tiza cada árbol que encontrábamos para saber por dónde regresaríamos. La curiosidad hizo que nos adentráramos más. Tomábamos las precauciones que habíamos pactado para no perdernos. Llegamos a un punto donde ni las raíces de los árboles, ni nada, nos molestaría para excavar y conseguir las muestras, era el terreno perfecto.
Juan tenía muchas ganas de comer después de la caminata, había unas piedras donde nos podíamos sentar cómodamente. Discutimos un poco acerca de quién excavaría, comimos un bocadillo y Juan sacó una moneda para un volado. Intercambiaríamos lugares cada cinco minutos, después de todo no debíamos excavar mucho, sólo se trataba de unos puños de tierra. Juan perdió el volado, por lo que le tocó comenzar con aquella tarea, con un poco de desgano, pero pronto se animó cuando vio unos hongos rojos con puntos blancos. Ambos los observamos maravillados, pues todos se reunían en el mismo punto.
Juan quería llevarle a la “bruja de ciencias”, como le llamábamos, unas setas. Con ánimo, recogió unos puñados de la tierra mientras iba excavando. Todo iba bien hasta que Juan se puso pálido, lo cual me inquietó un poco. Con susto se apartó de la tierra y me gritó que en ese lugar hacía más frío que en todo el bosque. Por un momento, comencé a reír con aquellas palabras. Quizá habíamos hallado un fantasma o algo por el estilo, lo cual sonaba muy inverosímil. Me burlé de él, y Juan cambió su actitud, tratando de hacerse el valiente, aunque se notaba en su rostro la incomodidad que tenía.
Siguió excavando mientras yo daba vueltas reconociendo el lugar, pateaba una piedra para no aburrirme cuando el grito de Juan me hizo voltear. Corrí a ver lo que estaba señalando. En el hoyo de tierra sobresalía una muñeca pelirroja que medía unos treinta centímetros. Al verla sentimos un escalofrío que recorría nuestro cuerpo, además de asco, pues era tuerta y estaba cubierta de gusanos blancos que se movían en su interior como una especie de danza putrefacta.
Juan la soltó de inmediato, estaba confundido, ya que cuando la sacó del agujero, estaba en buen estado y se veía amigable. Yo pensé que a lo mejor con el movimiento había removido a todos esos bichos que estaban dentro de ella. La verdad era que la muñeca no se veía nada bien como decía Juan. En el ojo que le faltaba, la parte blanca había sido pintada de negro y tenía un iris de color rojo. Los gusanos se aglomeraban en su cabeza solamente. ¿Quién pudo haber enterrado a una muñeca tan extraña?
Los dos sentimos miedo y repulsión, por lo que salimos corriendo del lugar. Algo no estaba bien en torno a la muñeca, su ojo negro parecía observar cada uno de nuestros movimientos. Corrimos todo el camino hasta llegar a casa, sólo nos detuvimos en un par de ocasiones, una vez cuando Juan tuvo que vomitar. Después de haber sostenido a esa muñeca asquerosa, era lógico que sucediera algo así.
Sin embargo, ya al estar a salvo en casa, Juan se seguía sintiendo mal. Su rostro había adoptado un cierto color amarillento y el vómito continuaba. Al principio, pensamos que había sido la impresión, pues éramos unos niños y algo así era lo más terrorífico que nos había pasado. Pero los días transcurrían y la salud de mi amigo no mejoraba. Juan cada vez estaba más pálido y delgado, en vez de mejorar estaba peor. Los médicos no podían determinar la causa del deterioro de mi gran amigo, parecía desvanecerse cada día.
Mi desesperación llegó al extremo, me aparté de toda la gente para intentar buscar una posible cura a la condición de Juan. Me la pasaba en la biblioteca y en las librerías buscando algún texto que sirviera para salvarlo. En una ocasión, llegué a una librería esotérica que albergaba libros verdaderamente exóticos. Ahí encontré un texto antiguo con extraños dibujos y cubierto de polvo. Al hojearlo, encontré en una sección una imagen parecida a la de la muñeca que habíamos encontrado, sólo que no estaba tuerta. El texto indicaba lo siguiente:
“Quien tenga un mal incurable, deberá enterrar a una muñeca igual que ésta, mientras canta esta invocación. La enfermedad que padezca quedará atrapada en la muñeca. Si alguien la llegara a encontrar, entonces recibirá la enfermedad y morirá, a menos de que realice este mismo ritual.”
Ahora todo tenía sentido, nos habíamos encontrado con una muñeca maldita que había desatado alguna enfermedad sobre mi amigo. No era casualidad que la muñeca tuviera gusanos y su aspecto hubiera cambiado al desenterrarla. Lo que debía hacer, era comenzar con el ritual…
Suerte Que No Encendiste La Luz
Suerte que no encendiste la luz.
Esta popular y sangrienta leyenda urbana es una de las más conocidas de Estados Unidos. El asesino jamás fue atrapado.
Al estudiar las personas no solo adquieren conocimientos fundamentales, sino también desarrollar importantes valores humanos como la responsabilidad, la solidaridad y la amistad, entre otros. Muchos de los amigos inseparables que las personas mantienen a lo largo de la vida, son compañeros del colegio o de la universidad porque son amistades sólidas y duraderas que ni el tiempo ni la distancia pueden romper. Se conocen muchísimas anécdotas protagonizadas por amigos, pero algunas de ellas no son nadas felices.En Estados Unidos se conoce el caso de Sarah y Michelle, dos compañeras universitarias que protagonizaron una de las leyendas urbanas más escalofriantes que se conocen en Norteamérica. Las chicas eran dos amigas que se convirtieron en íntimas en la vida universitaria donde compartían la misma habitación, aunque no tenían muchas cosas en común. Sarah era una muchacha muy linda, muy popular entre todos los jóvenes universitarios, que le encantaba la fiesta y vivir muy bien. Michelle era una chica que estaba enfocada en el estudio y así pasaba las 24 horas del día en eso.
Las chicas empezaron a entenderse muy bien y comenzaron a generar códigos para poder convivir. Por ejemplo, cuando Michelle quería estudiar Sarah sabía que no se podía acercar a ella, no podía llegar con visitas a la habitación y mucho menos poner música. Por otro lado, cuando Sarah estaba con algún chico en la habitación Michelle tenía terminantemente prohibido entrar a interrumpir. Para eso, Sarah le dejaba un mensaje colgado del pestillo de la puerta: una prenda. Así llevaron la relación durante el tiempo que estudiaron, respetando los códigos de una y de otra.
Un día Sarah le pidió a Michelle que no llevara a nadie esa noche porque quería descansar bien porque al otro día tenía un examen. Estuvo todo el día estudiando junto a su grupo de estudio hasta las 02:00 cuando -ya cansados- decidieron irse cada uno a su habitación a descansar. Al llegar a su habitación, Michelle escuchó que sonaba muy fuerte en su interior pero como no había ninguna prenda colgada del pestillo, entendió que podía entrar. Abrió la puerta y la música sonaba realmente fuerte, pero de fondo sentía un gemido de su amiga. Para Michelle era muy incómodo saber que su amiga estaba a pocos metros de su cama teniendo un acto sexual con cualquier joven de la universidad, pero estaba muy cansada y era muy tarde para buscar otro lugar donde dormir. Así que cerró la puerta sin hacer ruido, se acostó e intentó dormir. Pero la música y los gemidos de su amiga no la dejaban dormir, así que decidió ponerse sus auriculares con otra música hasta que se quedó dormida.
Más tarde se despierta sin noción del tiempo, lo único que sabe es que tiene que rendir un examen y esa era su preocupación. Pero al despertarse toca un liquido viscoso, algo húmedo y espeso en la cama. Dormida, y sin entender lo que pasaba, se levanta y prende la luz. Lo que ve es una mancha enorme de sangre y al lado la cabeza de su amiga, al otro lado de la habitación se encontraba el cuerpo destrozado y toda la habitación llena de sangre. En una de las paredes, había un letrero enorme escrito en sangre que decía: “Suerte que no encendiste la luz”.
La Leyenda De Verónica
La Leyenda De Verónica.
Verónica, Verónica… Verónica
La leyenda de Verónica siempre ha sido una de las que más curiosidad me ha causado. Ya de niño se me ponían los pelos como escarpias cuando, a la luz de las velas, aparecían en los coloquios las diversas versiones de tan terrorífica historia. Es curioso observar como esta historia está presente en casi todo el mundo, pese a que en los años en los que se propagó no existía internet y los chismorreos solían acotarse en zonas geográficas bastante reducidas. Existen versiones en los que Verónica pasa a llamarse Micaela o Carolina, y en el mundo anglosajón se la conoce como Bloody Mary (María la sangrienta), Hell Mary, Mary Worth o Black Agnes.
Sobre dónde comenzó la leyenda, la verdad, es que no se tiene mucha idea y sobre cuando, a finales de los años setenta y principios de los ochenta comienzan a circular las primeras historias. Las versiones más difundidas comienzan con la muerte de una adolescente practicando espiritismo en versión ouija, en algunas de ellas, unas tijeras salen disparadas y la matan clavándose en su cuello o en su corazón, en otras, la chica sale disparada y se estampa contra un gran espejo, del que cae un trozo y le secciona la garganta. Otras versiones, las menos, sitúan la acción en un cementerio, en las que una niña enferma de peste es enterrada con vida y luego aparece a modo de venganza.
Sea como fuere, el espíritu de la joven Verónica queda en el umbral de la vida y la muerte, a la espera de ser convocada de diversos modos por atrevidos aventureros de lo oscuro y con fines un tanto diversos.
Los modos y maneras de convocar a Verónica suelen girar en torno a espejos, velas y tijeras. El más clásico de todos, es aquel en el que se hace un círculo de tiza en el suelo y en su interior se pone una biblia, una rosa a la que se le corta el tallo con unas tijeras, y las mismas tijeras usadas para cortar la rosa sobre la biblia. Acto seguido se pronuncia el nombre de Verónica tres veces y a partir de esto, tres resultados posibles:
-Las tijeras salen disparadas y matan al convocante, de no suceder esto, la vida del convocante será larga y próspera.
-Se escucha una voz (supuestamente la de Verónica), que te indica el día de tu muerte.
-La biblia se abre y la página en la que queda, indican las semanas que te quedan de vida (En esta versión también existe la posibilidad de que las tijeras se introduzcan en la biblia para marcar la página)
Este modo de convocar a Verónica también tiene algunas variantes, en las que el círculo se hace con sal, o en el que la operación se debe de hacer en noche de tormenta o en otros casos, en la noche de San Juan, eso sí, siempre a la media noche. Los siguientes modos que se conocen son bastante similares. Ante un espejo, a oscuras y con la luz de tres velas, se pronuncia tres veces el nombre de Verónica, entonces se exhala vaho al espejo con la boca y en él aparece marcada la fecha de tu muerte. Esta es la versión light, en la gore aparece Verónica y te mata. Este modo tiene diferentes variantes también. En unas hay que estar desnudo y de espaldas, en otras, las tijeras entran en juego y hay que dejarlas abiertas y apoyadas contra el espejo mientras se realiza la operación e igual que en la versión del círculo y la biblia, la noche de San Juan a las doce de la noche y una noche de tormenta, también a las doce, suelen ser el momento ideal. También hay variantes en cuanto al espejo, unas veces se puede ver reflejado el día de tu entierro y en otros casos se puede ver al propio espectro de Verónica comunicándote alguna fatídica noticia.
Ante lo espectacular de una muerte en estas condiciones, no se conoce ningún caso en el que se hayan dado estas condiciones ni tampoco se conoce ningún caso en el que dicho aviso o notificación por parte del espíritu se haya dado y mucho menos cumplido.
Y pese a todo esto, a ver quién es el valiente que la noche de San Juan, a las doce de la noche, pronuncia el nombre de Verónica tres veces, en la soledad de su cuarto de baño, a la luz de las verlas y con unas tijeras desafiantes a escasos centímetros de su yugular.
La peli de Candyman, adaptación de la novela de Clive Barker “Lo prohibido”, es un buen ejemplo de esta Leyenda Urbana.
Verónica, Verónica… Verónica
La leyenda de Verónica siempre ha sido una de las que más curiosidad me ha causado. Ya de niño se me ponían los pelos como escarpias cuando, a la luz de las velas, aparecían en los coloquios las diversas versiones de tan terrorífica historia. Es curioso observar como esta historia está presente en casi todo el mundo, pese a que en los años en los que se propagó no existía internet y los chismorreos solían acotarse en zonas geográficas bastante reducidas. Existen versiones en los que Verónica pasa a llamarse Micaela o Carolina, y en el mundo anglosajón se la conoce como Bloody Mary (María la sangrienta), Hell Mary, Mary Worth o Black Agnes.
Sobre dónde comenzó la leyenda, la verdad, es que no se tiene mucha idea y sobre cuando, a finales de los años setenta y principios de los ochenta comienzan a circular las primeras historias. Las versiones más difundidas comienzan con la muerte de una adolescente practicando espiritismo en versión ouija, en algunas de ellas, unas tijeras salen disparadas y la matan clavándose en su cuello o en su corazón, en otras, la chica sale disparada y se estampa contra un gran espejo, del que cae un trozo y le secciona la garganta. Otras versiones, las menos, sitúan la acción en un cementerio, en las que una niña enferma de peste es enterrada con vida y luego aparece a modo de venganza.
Sea como fuere, el espíritu de la joven Verónica queda en el umbral de la vida y la muerte, a la espera de ser convocada de diversos modos por atrevidos aventureros de lo oscuro y con fines un tanto diversos.
Los modos y maneras de convocar a Verónica suelen girar en torno a espejos, velas y tijeras. El más clásico de todos, es aquel en el que se hace un círculo de tiza en el suelo y en su interior se pone una biblia, una rosa a la que se le corta el tallo con unas tijeras, y las mismas tijeras usadas para cortar la rosa sobre la biblia. Acto seguido se pronuncia el nombre de Verónica tres veces y a partir de esto, tres resultados posibles:
-Las tijeras salen disparadas y matan al convocante, de no suceder esto, la vida del convocante será larga y próspera.
-Se escucha una voz (supuestamente la de Verónica), que te indica el día de tu muerte.
-La biblia se abre y la página en la que queda, indican las semanas que te quedan de vida (En esta versión también existe la posibilidad de que las tijeras se introduzcan en la biblia para marcar la página)
Este modo de convocar a Verónica también tiene algunas variantes, en las que el círculo se hace con sal, o en el que la operación se debe de hacer en noche de tormenta o en otros casos, en la noche de San Juan, eso sí, siempre a la media noche. Los siguientes modos que se conocen son bastante similares. Ante un espejo, a oscuras y con la luz de tres velas, se pronuncia tres veces el nombre de Verónica, entonces se exhala vaho al espejo con la boca y en él aparece marcada la fecha de tu muerte. Esta es la versión light, en la gore aparece Verónica y te mata. Este modo tiene diferentes variantes también. En unas hay que estar desnudo y de espaldas, en otras, las tijeras entran en juego y hay que dejarlas abiertas y apoyadas contra el espejo mientras se realiza la operación e igual que en la versión del círculo y la biblia, la noche de San Juan a las doce de la noche y una noche de tormenta, también a las doce, suelen ser el momento ideal. También hay variantes en cuanto al espejo, unas veces se puede ver reflejado el día de tu entierro y en otros casos se puede ver al propio espectro de Verónica comunicándote alguna fatídica noticia.
Ante lo espectacular de una muerte en estas condiciones, no se conoce ningún caso en el que se hayan dado estas condiciones ni tampoco se conoce ningún caso en el que dicho aviso o notificación por parte del espíritu se haya dado y mucho menos cumplido.
Y pese a todo esto, a ver quién es el valiente que la noche de San Juan, a las doce de la noche, pronuncia el nombre de Verónica tres veces, en la soledad de su cuarto de baño, a la luz de las verlas y con unas tijeras desafiantes a escasos centímetros de su yugular.
La peli de Candyman, adaptación de la novela de Clive Barker “Lo prohibido”, es un buen ejemplo de esta Leyenda Urbana.
lunes, 25 de mayo de 2015
El retrato de la dama de azul
El retrato de la dama de azul
Existe una leyenda que sugiere que un cuadro es capaz de albergar el alma de una persona fallecida. Es el de caso de Margarita, que sale de su cuadro para pasear por Buschental.
Es increíble pensar que en el presente, en pleno Siglo XXI, algunas personas que dejaron este mundo hace mucho tiempo siguen viviendo e interactuando con las personas. Lo hacen de manera natura, como si su vida continuara o como si nunca se hubiese enterado que hace muchos años dejaron este mundo. Lo cierto es que ellos están ahí, deambulando en nuestro tiempo, atados a una especie de cadena invisible que no los deja partir. Son muchos los que lo ven y luego narran estas historias construyendo los pilares de una leyenda que se mantendrá de generación en generación.En el Prado, uno de los barrios más pintorescos de la ciudad de Montevideo, es conocida una leyenda urbana que habla sobre el misterioso fantasma de una dama de azul que recorre los alrededores de lo que alguna vez fue su hogar. Cuentan que esta entidad, además de manifestarse en las calles de Montevideo vive también en un viejo cuadro que es conocido como “El retrato de la dama de azul”.
Cacaio Pérez, testimonio de esta leyenda, cuenta que el inicio de la historia se remonta a inicios del Siglo XX en el Prado, lugar que por aquel entonces estaba en su máximo esplendor y era el lugar que los personas más emblemáticos de la sociedad tenían sus casas quintas para pasar el verano. En Agraciada casi Buschental en una de las magníficas casas vivía Margarita Salvo junto a un grupo de sirvientes y mucamas que lo acompañaban. La gran pasión de Margarita era salir a pasear todos los días cuando caía el atardecer por Buschental, sendero al que adoraba mucho. Era tanto lo que le gustaba, que sus familiares mandaron a hacer un retrato donde ella posaba sonriente allí en un paisaje otoñal, con su vestido azul.
En 1920 Margarita se enfermó y ya no pudo salir a pasear. Varios de sus sirvientes y mucamas, quienes sentían un afecto especial por ella, la acompañaron por aquellos meses. En la última tarde de octubre, a la hora habitual de sus paseos, Margarita Salvo murió. Algunos de los sirvientes que la acompañaban tuvieron que esperar en la casa a que los familiares ordenaran cómo quedaría todo y qué se iba a hacer con el inmueble. No había transcurrido un mes del fallecimiento de Margarita cuando empezaron a pasar cosas raras. Los dos empleados que se quedaron a cuidar la casa encontraron la estufa a leña encendida, la misma estufa que no se encendía desde hacía semanas. Pocos días después les extrañó encontrar el portón de la puerta que daba a la calle y de nada servía que lo cerraran, porque el día siguiente estaba abierto otra vez. Uno de ellos, incluso, creyó ver un vestido azul alejándose por Buschental. Estas situaciones, sumadas a vecinos que veían pasear a una mujer con vestido azul por la calle que Margarita tanto adoraba, los hizo alertarse sobre una posible presencia fantasma.
Pero lo que realmente paralizó a los empleados, que ya no se sorprendían por encontrar el fuego prendido o el portón abierto, fue que una tarde al mirar el retrato de la que fuera su patrona descubrieron que ella ya no aparecía más pintada en él. Ellos comenzaron a suponer que en los momentos en que Margarita se ausenta de la pintura es porque sale de él para realizar sus paseos habituales.
La casona fue abandonada y con los años fue perdiendo el brillo y el lujo que la caracterizaba. Pero también creció la leyenda sobre los paseos de Margarita Salvo.
Hace unos años un niño se topó con el portón de la casa entreabierto y decidió entrar para llevar a cabo lo que él creyó que sería la aventura más fascinante de su vida. Lo que no sabía, es que allí dentro lo esperaban algunas sorpresas. Se metió en la casona, entró al salón para investigar y divertirse, pero la diversión le duró poco. Pronto se topó con una mujer, que lo miraba por la ventana del fondo. Como reacción instintiva miró el cuadro que estaba sobre la estufa, pero allí solo había árboles.
El Gran Hotel Viena
El Gran Hotel Viena
La gran edificación se construyó entre 1940 y 1945 y se cuenta que era propiedad de los nazis.
Se trata de un lugar abandonado frente a una ciudad que fue tragada por el agua a fines de la década de los 70, con los rumores de nazis dando vuelta por el lugar durante la Segunda Guerra Mundial. El hotel fue construido entre el año 1940 y 1945 por una empresa alemana, que construye un hotel cinco estrellas en una localidad de 1600 habitantes con una tecnología no conocida para la época. Se trataba de un hotel que tenía banco, correo, central telefónica, calefacción central, aire acondicionado. Esa construcción solo la visitaban extranjeros, la gran mayoría alemanes o austriacos. Todos los que trabajaban allí eran alemanes o hablaban alemán y ya que la fecha coincidía con la de la Segunda Guerra Mundial se presume que eran nazis.
Las historias sobre apariciones espectrales en el hotel son nutridas y muy variadas. Nos topamos con picaportes que se mueven solos, voces que se cuelan en los placares, ruidos de muebles y camas que son arrastros cuando todos saben que allí, dentro del hotel, no hay nadie. Como se puede apreciar, el hotel Viena es un gran compendio de fenómenos extraños. Esto llevó a que en 2009 se inauguraran las visitas guiadas y fue en ellas, más precisamente en las visitas nocturnas, en la que los visitantes experimentaron algunas situaciones inexplicables.
Las guias, las que hacen las visitas nocturnas, recomiendan que si escucha algún ruido o ven algun movimiento, que saquen fotos. Y muchas veces, cuando uno las ve tranquilamente en su casa, aparecen cosas que erizan la piel. Una de las guías explicó: “nosotros no prometemos nada diferente. Lo que hacemos en invitarte, más que todo es una introducción histórica y te proponemos recorrer el hotel a oscuras, ¿te animás a hacerlo? No contamos mucho lo que se dice de el hotel, cortamos la luz y hacemos el recorrido”, contó.
Ignacio Torres Altamirano (Nachito). (leyenda del panteón de Belén)
Ignacio Torres Altamirano (Nachito). (leyenda del panteón de Belén)
La familia Torres Altamirano estaba esperando un hijo, la madre al dar a luz, los médicos se impactaron de tan peculiar caso , pues en su vida profesional nunca habían visto algún caso así, resulta que el niño tenía una aversión a la oscuridad como los lugares cerrados.
El niño siempre tenía que dormir con la luz encendida y las
ventanas abiertas de su cuarto, y no tenían que colocar objeto alguno
que hiciera bulto.
Sus padres intentaron encontrar alguna respuesta tal enfermedad, pero todo fue en vano.
Dicen que exactamente cuando cumplió un año falleció Ignacio, y
después de velarlo fue sepultado en el panteón de belén, fue un
entierro sencillo ya que antes eran otras las costumbres, en las
inhumaciones de los angelitos no asistían mucha gente ( así como fue en
el caso de Nachito).
Al siguiente día, el velador del cementerio completamente
horrorizado, fue con las autoridades correspondientes de que en la noche
habían desenterrado el ataúd del niño por que lo había encontrado sobre
la loza de su tumba, lo volvían a colocar en su lugar pero durante diez
días consecutivos sucedía lo mismo, y todas aquellas mañanas la gente
se reunía para ver tal espectáculo cosa que a la familia Altamirano no
lo veía con buenos ojos, un día el velador fue a platicar con los padres
de Nachito poniéndole solución al problema y comentan a la gente del
mal que sufría su hijo en vida y y por tal motivo decidieron dejarlo
sobre la superficie de su tumba.
Testimonios: varias personas que han visitado el panteón me
comentan que han sentido la presencia del niño, (incluido yo) el simple
hecho de ver la foto y la tumba en persona sientes algo extraño,
investigaciones profesionales dicen haber escuchado la voz de Nachito,
dicha grabación la pasaron por televisión (no puedo decir programa ni
empresa) por un programa que es realmente serio, y en dicho programa
pasaron la grabacion de la voz del niño (según el reportero sucedió en
plena noche cuando el realizaba la toma de la tumba) diciendo: “Oye
encontraste mi tumba, me das un chocolatito”, lógicamente la voz no se
oye clara por tratarse de un espectro, se pierde entre los demás
ruidos. Así que si van a visitar el panteón de Belén pasen primero a
visitar a Nachito para que no les haga bromas o sustos durante su
estancia en el panteón.
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